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Declaración Doctrinal

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Creo en un Dios trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo

 

Que desde las Edades Eternas han vivido en perfecta armonía, respeto, comunión íntima y santa. Que siempre han estado en actividad Eterna. Creo en un Dios único viviente y que existe por sí mismo. Infinito en su ser y perfecciones. Su esencia no puede ser comprendida. Dios es Espìritu inmortal, eterno, incomprensible, e infinito y todo poderoso en todos sus atributos. Creo que el escudriñar las Escrituras nos da una cierta luz de cómo es, de los planes y del corazón de Dios.

Creo que Jesús es el Hijo de Dios, el Verbo hecho carne.

 

Creo que Jesús es el Hijo de Dios, el Verbo hecho carne. Jesús es Dios mismo. El es la única manera de entender a Dios, de ver a Dios, de oír a Dios, de acercarnos al Padre. Él es el único camino, verdad, y vida. Mirando a Jesús vemos al Padre, oyendo a Jesús oímos al Padre, acercándonos a Jesús nos acercamos al Padre. Creo que él era desde el principio con Dios, no creado. Creo que El es antes de todas las cosas y en El todas las cosas subsisten y por EL, también fueron creadas. El verbo estaba con Dios, y El Verbo era Dios.

Creo que Dios se hizo hombre. Creo en la humanidad y deidad de Jesucristo. No creado, sino Dios encarnado.
 

Que nació por obra del Espíritu Santo, de María, cuando ésta aún era virgen, antes de que tuviese relación carnal con su marido José o ningún otro hombre. Creo que Jesús se hizo un hombre como nosotros, y de nuestra humanidad; pero sin pecado. Cien por ciento humano y cien por ciento divino. Creo que Jesús como hombre fue judío, para cumplir las promesas hechas por Dios a su pueblo. El pueblo de Israel. Y a su vez, formar un nuevo pueblo, de toda raza y nación, bajo un nuevo pacto de gracia.

Creo que Jesús es la manifestación más sublime de la gracia, el amor y la justicia divina.

 

Creo que fuera de Jesús no hay absolutamente ninguna otra manera o persona en que podamos acercarnos al Padre. Sólo a través de Jesúcristo podemos ser salvos y recibir perdón de nuestros pecados.

 

Creo que la vida de Cristo, sus vivencias, milagros, palabras y acciones, muestran de una manera incomparable el amor y la gacia de Dios. Jesucristo es la máxima revelación de Dios al hombre. La ley por Moisés fue dada, más la gracia y la verdad, vinieron a travez de Jesucristo.

Creo en El Espíritu Santo, que es el Espíritu de Dios, el Espíritu de Jesucristo, el Espíritu de la Trinidad

 

Que Dios nos lo envió como consolador y morador interno de nuestras almas. Creo que el Espíritu Santo procede del Padre. Que está aquí para dar gloria a Jesús, y convencernos de pecado, de justicia y de juicio.

 

Creo que toda la obra de conversión no es por obra de esfuerzo humano alguno sino que es el Espíritu Santo quien trabaja, obra, y reforma el corazón muerto en delitos y pecados.

 

Creo en todos los dones y frutos del Espíritu Santo. Siempre rogando a Dios por discernimiento de lo alto, para entender realmente cuando estas manifestaciones vienen genuinamente del Padre de las luces. Creo en la humildad y la sencillez espiritual de las personas que tienen dones espirituales, como el hablar en lenguas.

Creo que la salvación es totalmente por gracia,  la cual es un regalo de Dios, y no puede ser negociada por nada. El hombre no puede ganar su salvación.

 

La salvación es totalmente gratuita por medio de la muerte redentora de Jesús, en la Cruz del Calvario. Quien sufrió el castigo como un representante de toda la humanidad y que literalmente murió de manera física y que resucitó al tercer día de entre los muertos para darnos su justicia. 

 

No somos salvos por esfuerzos o religiosidad alguna, sino por la fe en la Obra de Cristo. El justo y santo, el que no conoció pecado, se hizo pecado para justificar al impío.

Creo con certeza que los hombres no podemos aportar absolutamente nada en lo que atañe a nuestra salvación, salvo aceptar esto humildemente por gracia y sólo por la Pura Gracia de Dios.

Creo que todos los hombres son pecadores, que nacen con el pecado congénito. A semejanza del primer Adán, que pecó.

 

Que no hay ni uno santo, ni uno justo en toda la tierra. Que todos hemos pecado y que nuestros pecados han establecido una separación extrema entre Dios y nosotros.Creo que nuestra propia naturaleza congénita es pecaminosa. La cual nos condena al castigo eterno del infierno. Creo que ningún hombre pudo, ni podrá jamás ser salvo por sus méritos o acciones sin aceptar por fe, la salvación provista por Dios, a través de la obra expiatoria de Jesucristo

 

Creo que no comprendemos del todo las consecuencias tan graves a las que nos han conducido el pecado original. En otras palabras, creo en la depravación total del hombre.

Creo en la iglesia universal de Jesucristo. La que no está compuesta de denominaciones específicas. 

 

La iglesia universal de Cristo, es verdadera y es una sola. Es la novia del Cordero y extendida por toda la tierra. De toda nación, tribu y lengua.

 

Creo que está compuesta de todos aquellos genuinos cristianos que han creído en Jesús como el hijo de Dios, y que han reconocido el sacrificio perfecto y consumado de Cristo en la cruz de Calvario, como la obra única y sin añadiduras para la redención de sus almas.

 

Creo que el Espíritu Santo es quien nos revela y da testimonio, a nuestras vidas, de que somos hijos de Dios. Y es también esta tercera persona de la trinidad quien nos da la certeza de que pertenecemos a la Iglesia Universal de Jesucristo.

 

Creo en el bautismo por inmersión en las aguas conforme al mandamiento de Cristo Jesús.

 

Creo que los creyentes deben ser bautizados como testimonio público de su fe, en el precioso sacrificio de Jesucristo.Creo en la Santa Cena. La cual fue instituida por el mismo Señor Jesucristo, horas antes de su crucifixión. Celebración que es una representación simbólica del sacrificio y muerte de Jesucristo. Por lo cual se debe celebrar con dignidad, al recordar la obra de expiación de Cristo. Jesús mismo ordenó a la iglesia a celebrar esta ordenanza

 

No obstante, creo que dichas ordenanzas no son obligatorias e imprescindibles para que un alma sea salva de la condenación eterna.

Creo en la inspiración total del Espíritu Santo para la conformación de la Santa Biblia.

Creo que la Biblia es inspirada por el Espíritu Santo. Creo en el Antiguo y Nuevo Testamento. La Biblia representa la única fuente fidedigna de la verdad divina revelada a los hombres.

Que para su redacción Dios usó a hombres inspirando a estos a escribir lo que en La Santa Biblia está escrito. Estos escritores escribieron basado en sus vivencias y los datos históricos de la época. La Biblia es La Palabra Divina. Creo que Dios en su santa voluntad y poder ha permitido que nos haya llegado tal como está.

Creo en la Segunda Venida de Cristo y en la resurrección de los muertos.

 

Creo que en el fin de los tiempos Jesucristo volverá en gloria en las nubes del cielo, a recoger a su iglesia y a juzgar a vivos y muertos.

 

Que Cristo Jesús vendrá de manera visible y patente a toda la humanidad, lo cual es y ha sido la esperanza de todo cristiano a lo largo de más de dos mil años.Creo en la resurrección de los muertos. Creo que los que recibieron la justicia de Dios por medio de la fe en la obra de Cristo, resucitarán para vida y los que despreciaron dicha justicia y gracia gratuita, resucitarán para juicio, y condenación eterna.

Creo que viviremos en un Reino Celestial en perfecta comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. En tal perfecto estado de amor y paz, donde no habrá más llanto, dolor, angustia, ni pecado mortal, por los siglos de los siglos, Amén.

 

¡Maranatha! Ven, Señor Jesús.

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