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Si conoces

Su gracia, te llega

al corazón esta 

canción.

Por Samuel Santiesteban.

La fuerza incomprensible de la gracia irresistible de Dios corre por toda la Biblia desde su primera página hasta la última. Ruego a Dios para que mi amigo lector sea uno de aquellos, a los cuales, el Padre Celestial le ha revelado los misterios de Su Gracia.

Moisés llevado por su ira mató a un egipcio y estuvo cuarenta años en un desierto huyendo como un criminal que escapa de la justicia, mas El Señor dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia ante mis ojos y te he conocido por tu nombre. (Ex 33:18).

 

No creo que Noe era un hombre tan perfecto, ni tan justo como algunos predicadores a veces lo han dibujado. La Biblia nos cuenta que se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. (Génesis 6:6). Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. ¡Ah! Mas hay un (pero) una circunstancia que matiza, y que se opone o contradice parcialmente lo antes planteado. Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. (Génesis 6:8).

 

Esta gracia es un favor inmerecido, una compasión de Dios hacia el pecador que nada merece, una piedad que Dios concede en Su infinita sabiduría de un Dios absolutamente soberano, y que espero la hayamos sentido usted y yo. ¿Siente usted ese amor? Si es así, usted va a querer escuchar esta canción más de una vez. 

 

David cometió terribles pecados; pero fue el mismo que escribió desde lo más hondo de su corazón estas palabras inspiradas por el Espíritu Santo de Dios. (Véase todo el Salmo 51).

 

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente. (Salmo 51:10-12). Y seguro estoy que la gracia de Dios le alcanzó y le salvó. 

Pedro después de haber negado al Señor tres veces pudo sentir que fue amado y aceptado como nunca antes nadie lo amó.

No se registra en las Escrituras algún tipo de regaño o reclamación de Cristo resucitado por la negación de su discípulo; sin embargo la sentencia dicha a Pedro antes de su crucifixión fue fuerte y directa: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. (Mateo 26:34).

 

Fue ese mismo amor que sintió la mujer adultera, la mujer pecadora, y el ladrón de la cruz cuando a penas faltaban unas pocas horas para partir a la eternidad; pero Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. (Lucas 23:43). 

Este es el misterio y el gozo de aquellos que disfrutamos la irresistible gracia de Dios. Es una gracia derramada de lo alto, sin comprensión, ni explicación. Es una compasión que viene de Dios y se origina en Dios, hacia pecadores que han reconocido por completo su incapacidad para salvarse. 

Y que se han despojado de todas sus actitudes o virtudes, por buenas que sean, que no encuentran una forma religiosa para fingir piedad, sino que reconocen que son impíos por naturaleza y que merecen el mismísimo infierno.

 

Razón de vivir me distes

cuando ya no tenia.

Me extendiste tus brazos,

cuando el mundo me abandono.

Me distes alegría

cuando antes solo había amargura,

me distes amor

cuando nadie me quiso amar.

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